La pandemia mundial del coronavirus ha agilizado la digitalización de todo tipo de empresas; también en el sector de la hostelería. Uno de los principales efectos de este proceso se notará en la naturaleza de los precios de los negocios hosteleros, que van a ser cambiantes y adaptables. Es un fenómeno que los expertos ya han estudiado, y que han denominado “precios inteligentes”, como ya nos hablaba de ello en Diego Coquillat en su entrevista en #JUNTOSCONLAHOSTELERÍA.

La tecnología permite gestionar de una forma flexible los precios de los establecimientos. Este suceso se observa actualmente en otros servicios como el cine. La tendencia actual indica que los bares y restaurantes del futuro también ofrecerán esta posibilidad. Los precios se van a flexibilizar, en función de las necesidades de la demanda.

Esto puede brindar oportunidades tanto para los hosteleros como para los clientes. Además esta estrategia se puede implementar desde ahora mismo.

Alternativas a la bajada o subida generalizada de los precios

En un momento de una enorme complejidad como el actual muchos hosteleros se preguntan cuál es la mejor estrategia para volver a generar una actividad económica óptima. Algunos empresarios han optado por adaptar sus cartas y establecen nuevos precios, normalmente con ofertas sugerentes.

Para llevar a cabo estas acciones es fundamental la planificación y estrategia así como conocer bien la demanda. Ante esta situación se plantea la flexibilización de los precios como una opción que se generalizara, en los próximos años, en el sector. Anticiparnos a esta tendencia puede suponer una ventaja competitiva, ya que nos permite adaptarnos de una forma más personalizada a las necesidades y/o preferencias de nuestros clientes.

Otros sectores donde se aplican precios inteligentes

Otros sectores han implementado los precios inteligentes con anterioridad.Cuando vamos al cine los precios no son los mismos en función del día. Algo similar sucede en el teatro, donde el sitio que se ocupa condiciona el precio. En la hostelería, los precios inteligentes fomentarán que la oferta llegue a un mayor público, más diversificado. Si se llevan a cabo de forma estratégica, van a beneficiar tanto a los hosteleros como a los usuarios.

Efectos en la rentabilidad del negocio

En la gran mayoría de bares y restaurantes hay turnos en los que el negocio no es suficientemente rentable. Fijando unos precios inteligentes se puede revertir esta realidad.

Con una mayor flexibilidad, habrá clientes que ocuparán zonas horarias con menos concurrencia de público, para poder acceder a tu servicio por un precio más ajustado. De este modo, se pueden cubrir las necesidades tanto del negocio como las de un sector concreto de usuarios.

Forma eficaz de hacer frente a los efectos del coronavirus

Si bien es cierto que en el futuro esta estrategia se canalizará mediante aplicaciones tecnológicas, lo cierto es que ya la podemos empezar a implementar. Se trata, simplemente, de adaptar nuestros precios a la demanda.

Teniendo en cuenta la caída de la venta de menús diarios en muchos bares y restaurantes, los precios inteligentes pueden ser una alternativa para no perder clientes, e incluso fidelizarlos. Los podemos adaptar en función del día y la hora de reserva.

Adelantarse a la competencia

En el mundo de los negocios, adaptarse rápidamente a un contexto cambiante puede llegar a ser muy provechoso.

Por esta razón, el momento actual, y el escenario post-coronavirus, son propicios, según las tendencias que constatan los expertos, para empezar a aplicar esta dinámica de precios inteligentes en nuestro local. Hay que optimizar las oportunidades.

Por si no fuera suficiente, los precios inteligentes singularizan la propuesta de nuestro bar o restaurante.